lunes, 15 de marzo de 2010

Epifanía de la calamidad

El fin no ocurre en la forma de un suceso aislado o lineal, imperturbable: Obedece a una causa. El fin es principio, renovación, transformación. Vivimos inmersos en una cadena de terminaciones que conforman nuestra mortalidad, pero también los sueños de inmortalidad. Día a día mueren nuestras células, los años nos arrastran a la vejez y el universo se precipita hacia una conclusión. Todo finaliza, nada escapa a este destino...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esto es incluso un tanto poético. Me gusta el estilo de tu blog, tanto el literario como el ambiente gráfico.